Un Bicentenario que no lo es...
Estamos acostumbrados ya, a fuerza de una machaconería que no parece terminar jamás, a ver el movimiento juntista que se dio en Santiago en 1810 como el inicio de la Independencia nacional, como el hecho pivotal sobre el cual descansa el comienzo de nuestra vida republicana y democrática. La realidad puede darnos un pasmo de narices. Para 1808, el Imperio español se encontraba en un creciente estado de agitación. La sociedad santiaguina (que es la que en realidad cuenta como la representativa del Reyno de Chile) experimenta un escalofrío generalizado al enterarse de las noticias sobre la invasión de España por parte de los ejércitos de Napoleón Bonaparte y enseguida todo el Reyno se conmociona al enterarse de que Fernando VII, su soberano, ha sido apresado y puesto en cautiverio por Napoleón. Es la época en que Francisco García Carrasco asumía como Gobernador de Chile y sería el último Gobernador del período de la colonia. Sus relaciones con Martínez de Rozas y el escándalo de la fraga