Mal de muchos,… ¿consuelo de tontos?


Mucho se ha hecho a través de la comuna y de las dos ciudades que la conforman, Quilpué y El Belloto. Entre los grandes logros está el hecho indiscutible de que la administración comunal ha tenido éxito en rebajar el elevado porcentaje de calles sin pavimentar que existían y que provocaban no solamente una mala imagen sino serios problemas de salud.
Sin embargo, el gran lunar, el gran punto negro, es el centro de ambas ciudades.
En el caso de El Belloto, el histórico “evento” en la pista sur de la esquina de avenida Freire con Baden Powell. No solamente es un grave problema para los conductores que día a día deben transitar por el lugar sino una vergüenza mayúscula porque habla de una escasa o nula preocupación de la autoridad local por el buen estado de las calles y avenidas de la comuna. Claro, se recordará que hace unos años se “bacheó” con no poco aspavientos; pero apenas reparado, el “evento” volvió a la escena del crimen, manteniéndose contra todos los reclamos en una de las esquinas más emblemáticas de El Belloto, en un punto donde nadie puede decir que no lo ha visto y pocos pueden decir que han tenido éxito en capearlo.
Ni qué hablar del centro de Quilpué. La histórica avenida Portales, el antiguo Camino Troncal, está en pésimas condiciones en lo que respecta a sus veredas. No puede ser que el centro de la ciudad presente esa imagen tan disminuida ante quilpueínos y visitantes. Y esa maraña de cables colgando de postes, y muchos obviamente fuera de servicio, a veces casi arrastrándose por el suelo, no ayuda mucho a lo que debería ser el disfrute del centro de la ciudad.
La realidad es que aparta de un par de cuadras de la calle Claudio Vicuña, pareciera que la autoridad local no considerara a las demás calles como parte del centro de la ciudad, ciudad que no solamente es capital de la comuna, sino de la nueva provincia de Marga-Marga. Aunque los quilpueínos ya parece que hemos aceptado que, aparte de un dudoso prestigio como tal, ello no conlleva beneficios reales y efectivos para las personas.
El estado deplorable del centro de la ciudad ha llevado a muchos visitantes a formarse la idea de que Quilpué es un pueblito rural, no solamente por su aspecto sino por las veredas de tierra que están caracterizando al centro de Quilpué. Y no pocas personas que vienen por primera vez a Quilpué se imaginan, erróneamente por supuesto, que un par de cuadras más allá del centro debe haber potreros y siembras simplemente por la primera impresión que se llevan al descender del bus o al experimentar un poco del centro.
No hay que recordar que Quilpué carece de identidad propia y que sus pocas construcciones históricas y características están en franca retirada, bajo la picota del progreso, como lo fue la estación ferroviaria, la torre del guardagujas, y se ha permitido la construcción de una mole impersonal justo enfrente de la iglesia parroquial, lo que no solamente es un absurdo sino que le resta protagonismo arquitectónico. Y el mojón miliario, que todavía se conserva, por obra y gracia del acaso, necesita ser restaurado. Lo mismo que el arco sobre la vía férrea que conmemora el arco de bizcochuelo que construyeron las bizcochueleras de Quilpué con ocasión del paseo triunfal del Presidente de la República al inaugurarse oficialmente el ferrocarril de Valparaíso a Santiago, allá por la segunda mitad del siglo XIX.
Las calles del centro de la ciudad merecen que se gaste en ellas, tal como lo mereció la Plaza Arturo Prat, la Plaza de Armas de la ciudad.
Ojalá se gastara menos en mediatismo irrelevante y más en mejorar efectivamente el centro de las ciudades de El Belloto y de Quilpué. Los quilpueínos y bellotinos merecen que sus autoridades se preocupen también de estas cosas.


Brus Leguás C.
Quilpué, Mayo de 2010, a ocho años del Bicentenario de la Independencia nacional.

Comentarios

Chile dijo…
Realmente muy interesante tu página, comentarios e información. Es a lo menos triste verificar lo que tu señalas y que todos los Quilpueinos y Bellotinos vemos a diario (yo ahora vivo lametablemente alejado de la zona pero la frecuento cada evz que puedo).
Mientras otyras ciudades progresan, la nuestra pareciera hundirse cada vez mas en un despelote sin retorno. Cuantas cosas hermosas se pudieron hacer en los terrenos de la Ex Base Aeronaval de El Belloto, donde ni siquiera se les ocurre hacer una plaza bandejon en la avenida Centenario (tipo Avenida Vespucio al Oriente en Santiago). Todo queda al deliverado desorden de la economía de mercado, poniendo malls, tiendas y farmacias donde primero cayó, a orillas de calles llenas de hoyos y tacos, cables, papeles pegados y botados por todas partes... ojalá en algún tiempo cercano tengamos representantes que le tengan cariño a nuestra ciudad, que la cuiden, embellezcan, respeten y destaquen porque de es manera la gente es mas feliz.

Carlos Cabrera M.

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